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lunes, 5 de junio de 2017

Ensalada en cestitas de cheddar


Esta receta es mi reinterpretación de los nachos con queso, que sí, que están muy buenos, pero no son para comerlos todos los días; así que aquí tenéis un plato que es saludable, pero a la vez quita antojos. Porque las ensaladas también pueden ser apetecibles.
Esta versión puedes servirla como un cuquísimo entrante o cenártela tan ricamente. Primero hice unas cestitas que quedan crujientes como los nachos y con todo el sabor del queso cheddar; como elemento sorpresa rellené los tomatitos con guacamole, que no podía faltar; y en las cestitas serví una sencilla y deliciosa ensalada que incluye además canónigos y un toque dulce de arándano. Fresco, saludable y colorido pero, sobre todo, buenísimo el invento ;) No le hace falta ningún aliño. Para 8 cestitas:

  • Unos 200-250 g de queso cheddar rallado
  • 27 tomates cherry de colores (3 por cesta)
  • 2 aguacates pequeños o 1 grande
  • 1/2 cebolla
  • Sazonados para tacos o una mezcla similar a esta: comino molido, cilantro molido, pimentón dulce o ahumado picante, pimienta de cayena, sal, ajo y cebolla en polvo, guindilla molida...
  • Canónigos, tanto como queramos
  • Limón
  • Un puñado de arándanos (2-3 por cesta)



La preparación:

1. Vamos a preparar nuestras canastitas. Para eso calentamos una sartén antiadherente a fuego medio-alto (sin aceite). Una vez caliente espolvoreamos con cheddar de modo que formemos un círculo (más o menos, las irregularidades en los bordes quedan luego más bonitas). Dejamos que se vaya fundiendo. 



2. Hay que levantar una esquinita con una espátula para ver si podemos darle la vuelta; si el queso se pega a la espátula, es demasiado pronto. Si no se pega, levantamos con cuidado el círculo con la espátula y le damos la vuelta. No hay que dejar que se cocine de más o quedará muy duro y no podremos darle forma. Le damos un par de minutos por el otro lado, de nuevo hasta que se pueda levantar con la espátula sin que se pegue.


3. Tendremos preparado papel absorbente sobre una superficie y vasos boca abajo sobre el papel absorbente. Deslizamos nuestro círculo de queso con delicadeza sobre el culo del vaso, de forma que quede centrado. Los lados se irán plegando por su propio peso, pero podemos ayudarnos de la espátula para exagerar la forma o doblar más algunas paredes.



4. Dejamos que la cestita se enfríe y así guardará la forma. A continuación reservamos la cesta terminada sobre papel absorbente y seguimos con el resto.


5. Ahora preparamos nuestro guacamole en un periquete. Sacamos la pulpa del aguacate con una cuchara, la echamos al vaso de la batidora, añadimos la cebolla pelada y las especias. Añadimos también limón al gusto y si queremos 1/2-1 diente de ajo. Batimos y probamos por si hubiera que añadir algo.


6. Ahora tenemos que rellenar los tomatitos cherry. Yo primero inyecté el guacamole con una jeringuilla de cocina, pero al ser tan pequeños, no había espacio apenas para el guacamole. Así que me decidí por abrir los tomatitos por la mitad, vaciarlos y rellenarlos con el guacamole, para eso con una cucharilla sobra. El guacamole es cremoso y pega las 2 partes del tomate cuando las volvemos a unir. Y por supuesto no se desperdicia nada, el contenido de los tomates lo reciclamos en una tostada u otra receta.



7. Ahora que nuestras cestas están frías y nuestros tomates rellenos, servimos unos ramilletes de canónigos en cada cesta. 

8. Sobre los canónigos añadimos los tomatitos con cuidado y culminamos con unos arándanos negros. ¡Y ya están listas!


¡Buen provecho!

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Bergua*




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